Ciudad de reyes y pescadores
La aristocracia y la realeza de finales del siglo XIX y principios del XX hicieron de Santander el destino vacacional por excelencia. Un paseo por el casco histórico, con sus majestuosos edificios, nos transporta a ese distinguido pasado, cuyo mejor testigo es, sin duda, el Palacio de la Magdalena, la joya de la ciudad. La visita a este emblemático edificio, ubicado en el punto más elevado de la península del mismo nombre, es uno de los indispensables de Santander y permite contemplar (y fotografiar) una impresionante panorámica de “la novia del mar”, como se conoce popularmente a la ciudad, enmarcada entre la playa y la montaña.Santander fusiona esta mágica atmósfera palaciega con una tradición de pescadores que hoy se puede disfrutar especialmente en el conocido como barrio pesquero de la ciudad: el lugar ideal para degustar la gastronomía local más tradicional, tan vinculada al mar, con platos como las rabas (calamares fritos), los maganos (calamares) encebollados o las almejas a la marinera.Esta identidad de contrastes se completa con la “nueva” Santander, esa que se ha empapado de las últimas tendencias culturales y artísticas y que encontrarás retratada en el moderno Centro Botín, diseñado por el arquitecto y Premio Pritzker, Renzo Piano.

Para Visitar en familia
Santander es una ciudad perfecta para pasar unas vacaciones en familia pues, además de los atractivos turísticos y gastronómicos, ofrece algunas alternativas ideales para los más pequeños, como excursiones en barco que recorren toda la bahía, un paseo por el mini zoo de La Magdalena o una visita al Museo Marítimo. Disfrutar de un día de sol en alguna de sus playas es otro de los planes imprescindibles del lugar: no te pierdas las de El Sardinero, el Camello, Mataleñas, La Concha o Los Peligros.